A menudo en la vida nos encontramos con aparentes paradojas. Habitualmente resultado de alguna reflexión interesante. Siempre digo que cuando llegas a alguno de esos lugares es que la reflexión va en buena dirección.
Pero la mente es muy traicionera y una paradoja para ella puede ser la excusa perfecta para mantenerse activa y rumiando, o peor aún, puede ser el origen de la duda y el boicoteo hacia lo que tu parte “no mental” quería experimentar.
Es por eso que el proceso de indagación que nos proporciona respuestas satisfactorias para la mente facilita el camino de las experiencias no mentales, por ejemplo cuando queremos silenciarla a través de la meditación.
Darle respuestas a la mente la calma dejándote más libre, a la vez que aumenta la convicción en la práctica. Digamos que concilia las 2 partes en lugar de mantenerse “peleando”.
Mente en Modo Hacer o en modo Ser